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MAY
06
2019
Opinión
Cuando las paredes hablan de problemas sociales
Este invierno, una familia ha estado pasando frío en su casa. Desgraciadamente, no es un caso excepcional, ya que muchas personas viven y pasan frío en silencio. Se calcula que en Cataluña hay 400.000 personas que pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada.
La pobreza energética es una de las problemáticas sociales más injustas, sobre todo si tenemos en cuenta que la energía es un derecho que está directamente ligado al bienestar de las personas, pero también es una realidad que a menudo se oculta porque las mismas personas en situación de vulnerabilidad energética lo esconden. Ahora, sin embargo, podemos hacer que “las paredes hablen” gracias a la tecnología. En concreto, gracias a unos pequeños aparatos con capacidad de detectar determinados calores y parámetros que pueden indicar casaos de riesgo y vulnerabilidad energética.
El artífice es Cellnex Telecom y la alianza que ha establecido con m4social, el proyecto de innovación digital en el ámbito social de la Taula de entidades del Tercer Sector Social de Cataluña. Ambas han llevado a cabo un proyecto piloto de sensorización de 6 viviendas sociales, que tienes instalados unos sensores que recogen y monitorizan datos a distancia para anticipar y alentar sobre posible situaciones de riesgo, además de optimizar el uso de suministros básicos, como el agua o al energía en estos hogares conectados. Las entidades que participan son la Fundació Família i Benestar Social, la Fundació Iniciativa Social, la Fundació Hàbitat3 y la Fundació Foment de l’Habitatge Social. Además de la sensorización el proyecto también ha desarrollado una plataforma digital que visualiza estos datos y que genera alarmas para cada caso.
Pero, ¿qué impacto concreto tienen esta tecnología en la calidad de vida a de las personas? La prueba piloto ha permitido que las entidades sociales gestoras de las viviendas sociales tengan una herramienta de obtención de datos muy valiosa que, al mismo tiempo, facilita su trabajo. Por ejemplo, el rgistro de la temperaduta interior y exterior, en un otoño e invierno bastante fríos, ha mostrado que, en uno de las seis viviendas, una de estas familias ha vivido de forma continuada en un entorno térmico muy por debajo de lo que se considera una temperatura de confort. La detección de este caso ha motivado que la entidad social haya diseñado un plan de acción de vigilancia del estrés térmico, tanto en la gestión de la viviendas (instalaciones, cerramientos, calefacciones, calderas, etc.) como en el asesoramiento del comportamiento de las personas ante el frío (uso adecuado de los elementos calefactores). Por tanto, los sensores instalados evitarán que esta familia vuelva a pasar frio en su casa.
Los sensores han permitido identificar situaciones en las cuales el índice de CO2 ha subido puntualmente en alguna vivienda o hasta se ha mantenido por encima de los valores recomendables, lo que indica una calidad del aire deficiente. La acumulación de dióxido de carbono en una vivienda es un riesgo para la salud porque puede provocar dolores de cabeza, cansancio, problemas respiratorios, etcétera, y también señala que es un domicilio con una ventilación insuficiente, lo que favorece la aparición de humedades en paredes y techos. Para evitarlo, a menudo hay suficientes con acciones que sólo afectan a un cambio de hábitos, como puede ser el aumento de la ventilación abriendo las ventanas.
Los resultados de la fase piloto nos dan esperanza para continuar trabajando juntos. Las conclusiones muestran que un proyectos de estas características puede mejorar el confort ambiental de las viviendas, la minimización del gasto energético, la optimización del mantenimiento del parque de viviendas y la reducción del riesgo de accidentes domésticos. Todos estos beneficios solo son posibles a través del proceso de transformación digital y el cambio en los procesos que lo acompañan.
Muy a menudo, poner la solución a determinadas injusticias sociales implica abrir la puerta a la tecnología y dejar que las mismas paredes nos hablen.
Francina Alsina
Presidenta de la Mesa del Tercer Sector Social de Cataluña