Trends
Trends
JUN
26
2020
Tecnología
Edge Computing: el poder de lo invisible
Quizá el Edge Computing sea una tecnología desconocida para la gran mayoría de la sociedad, pero su desarrollo y, sobre todo, sus grandes ventajas para la conectividad y transmisión de contenidos en los sistemas de empresas, industrias, ciudades y hogares, están haciendo que sea un recurso cada vez más habitual en nuestro día a día.
El valor de la tecnología de Edge Computing reside en su capacidad para convertir los dispositivos y equipos en sistemas autónomos, gracias a la habilidad para gestionar, analizar, almacenar y comunicar de manera casi inmediata.
El procesamiento de datos e información (video, audio, imagen, texto, megadatos, etc.) se realiza manera ágil, eficaz y analítica, lo que determina una respuesta de los sistemas mucho más rápida y precisa, superando, incluso, a la capacidad de reacción humana.
La tecnología Edge Computing surgió como evolución del Cloud Computing, si bien su uso y aplicación se está acelerando en los últimos años. El Cloud Computing se centra en analizar, en la nube, los datos recolectados por los sensores y dispositivos IoT, mientras que el modelo Edge Computing opta por realizar la valoración en equipos e, incluso, en los propios nodos de la red, evitando el paso por la nube.
En este sentido, la gestión de los nodos de Edge Computing representa una de las mayores oportunidades para los operadores de telecomunicaciones. Estas soluciones pueden ayudar a las compañías de telefonía móvil a reducir su TCO, al tiempo que permiten la comunicación de videos y piezas audiovisuales sin problemas, incluso en streaming, además de la transmisión de otro tipo de información y datos. Como solución escalable y modular, puede cubrir muchos escenarios diferentes, desde despliegues dedicados en las instalaciones, hasta servicios edge de telecomunicaciones distribuidos para el mercado de consumo.
Soluciones Edge Computing basadas en tecnología Intel
Para asegurar la eficiencia y calidad de las comunicaciones, Cellnex Telecom decidió unirse a Lenovo y Nearby Computing para lanzar soluciones de Edge Computing basadas en tecnología Intel. Sin duda, la colaboración del fabricante de procesadores más importante del mundo es una garantía para hacer frente a los crecientes desafíos en las redes de telecomunicaciones en torno a los requisitos de ancho de banda y latencia.
Uno de los aspectos más importante de las soluciones de Edge Computing diseñadas específicamente para el sector de telecomunicaciones se centra en lograr que los operadores de redes móviles mejoren su capacidad y rendimiento. Además, también permiten un ahorro significativo de sus redes y generan nuevas fuentes de ingresos. Estos objetivos pueden alcanzarse impulsando el tráfico de datos hacia las redes Edge, reduciendo las comunicaciones en las redes existentes, mejorando el rendimiento y optimizando los costes.
Estas características determinan que las soluciones de Edge Computing sean cada vez más frecuentes en los equipos y sistemas, si bien el usuario final de los servicios suele desconocer sus prestaciones.
Aplicaciones del Edge Computing: Smart Cities, Industria 4.0 y e-Sports
Una de las aplicaciones más relevantes son las Smart Cities y el coche conectado. Este tipo de tecnología es esencial no solo por facilitar la conexión entre todos los dispositivos y vehículos, sino por la rapidez en transmitir la información y la actividad de cada uno, crucial cuando se trata de la seguridad de las personas. En estos casos, el almacenamiento de datos de los equipos y sensores es analizada al instante, logrando una interacción perfecta entre todos los sistemas permitiendo que los conductores y peatones circulen sin problema. El gran valor añadido del Edge Computing en las ciudades conectadas es la capacidad de reacción casi inmediata en caso de detectar cualquier pequeño incidente o incluso en una minúscula desviación en la operativa de los vehículos, evitando accidentes. Así, ante un imprevisto en la carretera (un peatón que cruza sin mirar, un vehículo que apura un semáforo…), la comunicación entre sistemas haría reaccionar a los dispositivos en apenas 10 milésimas de segundo, frente a las 300 milésimas que tendría un conductor con buenos reflejos.
De igual manera, esta tecnología también es muy efectiva en el sector industrial, cuya apuesta por la robotización y coordinación con toda la cadena de valor determina la necesidad de contar con equipos inteligentes, continuamente conectados, que permitan adaptarse al instante. La producción Just in Time, requiere no solo tener un conocimiento exhaustivo y técnico de cada manufactura, sino también actuar de manera integral y global con los proveedores, que suministran el material en el momento y la forma más adecuada, y con el canal de distribución, encargado de hacer llegar el producto según las necesidades y gustos del consumidor/usuario. Esta capacidad de la industria de adaptarse al instante según las características del producto y los inputs que reciba del exterior no sería posible en un entorno cloud. La necesidad de la industria 4.0 de tener información real, instantánea y analítica requiere desarrollar soluciones Edge Computing implantadas en la misma planta o en un entorno muy cercano.
El ocio y cultura también son actividades que han sabido ver las grandes oportunidades que ofrece esta tecnología. La industria del videojuego online no tendría sentido si las órdenes del jugador, al interactuar con la aplicación o con otros usuarios, no se reflejaran de manera inmediata en el juego. Lo mismo pasa en los desarrollos de realidad virtual, cuya interacción requiere que las gafas 3D estén siempre en comunicación con el sistema. De nada sirve tener la capacidad técnica para desarrollar renders fotorrealistas de alta calidad, disfrutar de imágenes impresionantes o contemplar infografías 3D si el sistema tiene almacenada la información a miles de kilómetros y tarda en cargarse, ralentizando la comunicación y empobreciendo enormemente la experiencia del usuario.
Así pues, la gran calidad y efectividad de esta tecnología la convierten en “invisible” aunque esté implementada en infraestructuras con diferentes necesidades y usos, como Enterprise Edge, dirigido a empresas o a organizadores de grandes eventos de música y deportes; o Green Edge, adecuado para entornos rural de cero emisiones que también pueden implementarse en Smart Cities o en los futuros servicios de movilidad.