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OCT
30
2020
Vias ferreas
Próxima estación… 5G
Cellnex pasa a gestionar las infraestructuras de telecomunicaciones del metro de Madrid.
El 17 de octubre de 1919 se inauguraba el metro de Madrid con un trazado de 3,4 kilómetros y ocho estaciones entre el entonces trabajador barrio de Cuatro Caminos y la Puerta del Sol. Un siglo después, con cerca de 300 kilómetros de servicio, la red del suburbano de la capital, referente mundial por la calidad de sus servicios, es utilizada por casi 700 millones de viajeros al año y es una pieza imprescindible para entender la historia de la ciudad y sus habitantes. Andenes, túneles y coches han sido testigos silenciosos de una evolución sociológica en la que el teléfono móvil se ha convertido casi en un apéndice del cuerpo humano y los servicios de telecomunicaciones en una prioridad sin importar el lugar o las dificultades técnicas.
Tras hacerse con el control de los principales núcleos de comunicación inalámbrica terrestre de Europa y fiel a su naturaleza expansiva, Cellnex bajará a los túneles para gestionar las infraestructuras de telefonía móvil de la séptima mayor red de metro del mundo y sacar partido y enseñanzas de las peculiaridades de un emplazamiento único.
El 5 de octubre, la compañía adquirió un 60 por ciento de Metrocall, que desde el año 2000 gestiona y opera las infraestructuras y servicios de telefonía móvil en la red de transporte suburbano de Madrid en colaboración con Metro.
Terreno neutral
De forma natural, la red de metro es un lugar idóneo para que un gestor neutro, como Metrocall o Cellnex, despliegue las infraestructuras necesarias para dar servicio a unos operadores de telefonía móvil que no quieren decepcionar a los millones de usuarios que a diario invierten una parte importante de su tiempo desplazándose en los trenes subterráneos.
“El entorno de un metropolitano es agresivo. Hay peligros: trenes, electricidad, túneles … se trata de un entorno muy confinado y los espacios disponibles para ese tipo de instalaciones son limitados …”, explica en una entrevista Antonio Girón, Director General de Metrocall.
“El tiempo disponible para trabajar en esos espacios es muy limitado. Por motivos de seguridad, solo se puede trabajar cuando no hay público ni circulación de trenes y de forma coordinada teniendo en cuenta todos los trabajos que tienen lugar en las instalaciones cuando la actividad se cierra al público y se abre al mantenimiento”.
Este ecosistema complica notablemente el despliegue de red por parte de los operadores de telefonía móvil y está en el origen mismo de la actividad de Metrocall que, a finales de 2006, empezó a ofrecer a los pasajeros servicios de telefonía móvil, los cuales actualmente ya soportan todas las tecnologías (2G, 3G y 4G) con calidad homologable. Las instalaciones, realizadas con la economía de escala y las ventajas de un único operador, garantizan las comunicaciones que en el entorno del desplazamiento se han convertido en básicas para optimizar el tiempo y realizar actividades laborales, personales o de entretenimiento a través del móvil.
“Los ciudadanos están cada vez más acostumbrados a tener conectividad móvil en cualquier lugar y, de forma intuitiva, no entienden que el metro sea un lugar distinto”, explica el ingeniero de Metrocall.
Cómo funciona
El sistema de telecomunicaciones del metro madrileño está entre los mejores del mundo ya que en suburbanos tan emblemáticos como el de Nueva York solo se ofrece cobertura en las estaciones mientras que en Londres no hay servicio salvo en un tramo experimental de la Jubilee line. La explicación reside en parte en la dificultad de llevar a cabo los trabajos en unas redes tan ocupadas y en parte por falta de acuerdo hasta la fecha sobre un operador neutro.
Girón explica que, a diferencia de experiencias en otros países o ciudades, en Madrid la cobertura se ofrece en todas las instalaciones de la red: andenes, escaleras, ascensores o coches, dentro y fuera de los túneles”.
Una enorme red de cable radiante a lo largo de los túneles y antenas en diversas ubicaciones componen básicamente una red distribuida por “islas”.
“Como cuando uno se monta en el metro puede recorrer sin interrupción de servicio móvil una línea completa de la red de metro, puede pensarse que los servicios se dan por trazados de vía, pero en realidad no es así. Por motivos técnicos, la cobertura se obtiene montando unos nodos distribuidos en lugares estratégicos entre distintas estaciones. Cada uno de estos nodos es una especie de isla que da servicio a un radio determinado a través de distintos sectores o túneles o estaciones. Estas “islas” están distribuidas a lo largo y ancho de la red y se solapan de forma que el teléfono del viajero va conectándose automáticamente a los distintos nodos”.
Cellnex, que ya tiene experiencia en infraestructuras bajo tierra con la gestión de los servicios de conectividad para los metros de Milán o Brescia, o las redes de comunicaciones para seguridad y emergencias en los metros de Valencia o Barcelona, apuesta decididamente por desarrollar redes en “entornos especiales”, ideales para un operador neutro.
“Las coberturas personalizadas y en entornos especiales en los que el servicio en ciertos momentos se intensifica mucho están en nuestro foco de negocio”, explica Albert Cuatrecasas, director general de Cellnex España, defendiendo el encaje de la compra de la participación en Metrocall.
“Se trata de sistemas en los que tienes que distribuir la señal muy bien ya que hay una alta densificación y con un alto consumo de datos de subida y bajada en momentos específicos”.
Además de sus experiencias bajo tierra, Cellnex ha desarrollado diversas soluciones digitales a medida en este tipo de entornos, desde grandes estadios de fútbol a enormes eventos musicales o centros comerciales.
La sostenibilidad y el futuro
Cellnex trabaja a varias velocidades aplicando su expertise. Mientras que en Londres es finalista en el macroconcurso para dar cobertura móvil y wifi al metro más antiguo del mundo, en Madrid tiene como objetivo prioritario el despliegue de la ansiada e innovadora tecnología 5G que aún está en incipiente estado de instalación en la superficie.
“Primero viene la evolución y luego la revolución”, explica Albert. “Metro de Madrid quiere estar en la vanguardia en términos tecnológicos y nuestro objetivo fundamental es el desarrollo del 5G”.
Junto con Metro de Madrid, que sigue siendo titular de un 40 por ciento de Metrocall, Cellnex tiene la idea de empezar lo antes posible a desplegar las instalaciones que permitan a los operadores de telefonía el uso de las redes de quinta generación que darán velocidad y eficiencia a la red pero que abrirán también posibilidades desconocidas de interconexión entre objetos y capacidad de análisis.
“Ya estamos conversando y la idea es iniciar cuanto antes el despliegue, pero quedan asuntos por tratar con los operadores. Primero se desarrollará en las estaciones principales y luego se irá extendiendo de forma progresiva a toda la red”.
Solo por la estación de Sol circulan al año 24,4 millones de viajeros. No parece un mal banco de pruebas.
Al margen de otras posibles sinergias que puedan surgir con Metrocall, las bondades del 5G se podrán aplicar en numerosos casos de uso en el metro que Cellnex quiere desarrollar junto con Metro y los operadores según vaya implementándose la red.
Las posibilidades con esta conectividad son infinitas. Desde la comunicación entre objetos (Internet de las Cosas) o el uso de la Inteligencia Artificial o realidad aumentada para mejorar el servicio de los pasajeros, a aplicaciones que pueden contribuir a la sostenibilidad soñada en los proyectos de Smart cities y optimización del transporte en los que Cellnex lleva años trabajando.
Carlos Ruano
Periodista y fundador de Newsbub