Trends
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ABR
06
2020
TIS
Aislados por el Covid-19, pero comunicados
Un grupo de vigías de Cellnex supervisa 24×7 las infraestructuras de telecomunicaciones.
Este aislamiento imprevisible está siendo triste, de miedo, pésames, preocupación y obsesiones desinfectantes pero a la vez se ha mostrado como una inesperada época de recogimiento, lecturas, juegos en familia, humor inopinado o, simplemente, tiempo.
Y los servicios de telecomunicaciones están jugando un papel fundamental en el aislamiento, no solo en las múltiples opciones de entretenimiento que se ofrecen a través de servicios de streaming o redes sociales, sino también poniéndose al servicio de las necesidades curriculares de millones de estudiantes, informando o manteniendo opciones y relaciones laborales, familiares o interpersonales a través de la comunicación audiovisual instantánea.
Como suele suceder en los lances más duros que ha enfrentado la humanidad, afortunadamente también es tiempo de sacrificio, solidaridad y entrega a los demás. Una legión de ciudadanos lucha incansablemente no solo para preservar nuestra salud, sino también para que mantengamos nuestras ahora extrañas vidas con la mayor normalidad posible. Desde los investigadores y personal sanitario que enfrenta en primera línea esta pandemia a los empleados de la limpieza de la zona roja del coronavirus, las propias instalaciones hospitalarias. Los empleados de los supermercados, las farmacias, las gasolineras, los repartidores, el ejército, la policía, las cohortes de voluntarios que llevan comida o medicamentos a domicilios donde habitan personas de alto riesgo o en situación de vulnerabilidad.
Entre los servicios básicos que tanta ansiedad nos producen racional o irracionalmente (papel higiénico vs mascarillas por poner solo un ejemplo), se encuentran sin duda los servicios de telecomunicaciones que garantizan la conectividad.
Cellnex, el principal operador europeo de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas, cuenta con más de 50.000 emplazamientos (torres y nodos de comunicación) para garantizar la comunicación por red móvil y las retransmisiones televisivas o radiofónicas (cuenta con 3.000 centros de emisión audiovisual en España), redes de comunicación específicas para servicios de seguridad y emergencias y controla, entre otras cuestiones, la comunicación y seguridad en la red de salvamento marítimo.
Desde antes de que se decretase el Estado de Alarma, los profesionales de Cellnex, que da servicio a más de 200 millones de personas en Europa, han trabajado en planes de contingencia para garantizar el correcto funcionamiento de las infraestructuras de telecomunicaciones.
En concreto, un grupo de alrededor de 150 ingenieros y unos 50 técnicos, agrupados en el SOC (Service Operation Center), se encarga de las labores básicas para que no se caigan los servicios con asistencia permanente los 365 días del año, evaluando el estado de las redes, la transmisión de datos, el funcionamiento de la TDT y la radio digital o la seguridad informática de sus propias instalaciones.
“Desde el SOC aseguramos todos los servicios de las infraestructuras y estamos hablando de infraestructuras críticas, es decir, que la garantía ha de ser máxima”, explica José Ángel Carmona, Director de Operación y Supervisión de Redes de Cellnex.
El principal núcleo de asistencia es el centro de control NOC (Network Operation Center por sus siglas en inglés) por cuestiones de seguridad dividido –y redundante- en dos sedes (Madrid y Barcelona). Se trata de una suerte de centro de vigilancia similar al de los controladores aéreos o las grandes redes de transporte en el que se aseguran los servicios de la red gestionada por Cellnex en las actividades de broadcasting (televisión TDT, radio digital y servicios multimedia como el streaming), red propia (servicios de auto prestación para la propia señal de televisión, por ejemplo) o servicio de redes de terceros, para clientes de fibra o radio, con 9.000 emplazamientos de telefonía celular en España.
Agudizando el ingenio, el grupo incluso ha conseguido establecer sistemas que permiten realizar parte de las tareas en remoto, habida cuenta de la excepcionalidad de la situación. “Todos los centros de control tienen una complejidad alta para poder teletrabajar, es mucho más difícil de remotizar que cualquier sistema de oficina, pero en gran medida lo hemos conseguido”, señala orgulloso este ingeniero para explicar que en unas semanas han conseguido realizar una parte importante del trabajo del NOC en remoto.
“Por su carácter crítico, en el centro de control era como tabú el tema del teletrabajo muy utilizado en Cellnex, pero ahora hemos vencido esas reticencias, obviamente con ciertas limitaciones, por pura necesidad. Gracias a las labores de ingeniería y laboratorio, hemos conseguido, por ejemplo recibir desde casa todos los servicios de broadcast”.
Hay otras actividades también con servicio permanente y a las que este equipo ha de dar garantías inequívocas. Una de las más importantes es la comunicación marítima, que Cellnex opera por encargo público del Gobierno desde hace diez años. La empresa da cobertura de radio ininterrumpidamente a 35 estaciones distribuidas por el territorio para ayudar a la navegación y garantizar la seguridad con tres centros territoriales en cada una de las cornisas (Coruña, Valencia y Las Palmas). Un servicio esencial con información meteorológica o de posibles incidentes y comunicación con las embarcaciones con contacto directo con salvamento marítimo.
Las series o el abrazo virtual
Las relaciones sociales a través de las redes, los juegos online en grupo, los contenidos digitales en la nube… son muchas las interacciones que nos permite la pervivencia de las redes.
Qué sería de los padres sin las clases virtuales, que han obligado a muchos a familiarizarse con tecnologías que solo conocían de oídas (Google meet o classroom, aulas virtuales, plataformas específicas de los centros o las regiones…)
Por no hablar de los momentos de ocio. Una de mis hijas, que lleva realmente mal la suspensión forzada de sus clases de piano, aprovecha la ingente cantidad de tutoriales de todos los niveles que circulan por la red para ejercitar dedos y alma al compás. Otras dos, acostumbradas a un régimen de entrenamientos deportivos agotadores, han encontrado refugio, oxígeno y masa muscular y mental en clases online de zumba, yoga, yuyitsu y ni sé cuántas otras disciplinas.
Mi hijo, con el curso ya acabado y sin grandes necesidades físicas o mentales, tenía el otro día cara de cansado y, cuando le pregunté, me dijo que había estado dos horas y media “domando a un caballo salvaje”. No tardé mucho en entender que lo hizo desde una silla de montar con cheslong en la comodidad de su cuarto, convertido en un improvisado rancho interactivo por arte y magia de la consola conectada a la red de alta velocidad.
Mi madre, estoica por naturaleza, sufre en silencio la falta de mi padre pero renace a cada rato con los abrazos, risas y confidencias que, a través de un móvil que apenas sabe usar, recibe por “esto del vídeo” de sus nietos, hijos y parientes en un vacío salón que nunca estuvo tan lleno.
El ilustrador @Borja_Ben_Art lo resumía perfectamente en este dibujo de la serie #IlustrandoHeroes que está llevando a cabo en medio del aislamiento. Sin duda, gracias a estos “vigías” también podemos estar leyendo historias como esta.
Carlos Ruano
Fundador de Newsbub