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ABR
02
2020
Tecnología
Cuando el ingenio surge de la necesidad
Estudiando la conectividad entre vehículos, Cellnex trabaja en un proyecto que podría ayudar a resolver la conectividad en la España rural.
La comunicación entre vehículos para incrementar la seguridad en las carreteras es uno de los proyectos de innovación más perseguidos por gobiernos e instituciones, con numerosas investigaciones en marcha en todo el mundo para el despliegue de redes móviles en los vehículos y las infraestructuras para disminuir los accidentes de tráfico o mejorar la operatividad y movilidad. Con el vehículo autónomo en mente y como principal operador europeo de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas, Cellnex Telecom debía tener un papel protagonista en este proceso.
Cuando el equipo de Innovación de Cellnex inició el proyecto para empezar a probar de forma controlada tecnología destinada a la movilidad inteligente y conectividad entre vehículos no contó con las dificultades y costes asociados a una cuestión que habitualmente viene dada, la energía para alimentar una ingente transmisión de datos. Con componentes de diversos fabricantes, los ingenieros diseñaron un innovador poste energético con emisiones cero que incluye panel solar, turbina eólica, antenas 5G, enlaces en banda E, cámaras de vídeo, sensores medioambientales y diversas tecnologías celulares de conectividad al vehículo.
La compañía ya desarrolla soluciones de conectividad móvil en el entorno urbano que se engloban dentro del proyecto V2X-Arch y que ponen en valor la importancia de las comunicaciones entre vehículos y el mobiliario urbano (semáforos) o las comunicaciones entre vehículos de emergencia y el resto de vehículos en una carretera.
Pero además, desde 2018 tiene en marcha el proyecto Mobility Lab, un experimento en el Circuit Parcmotor Castellolí de Barcelona para comunicaciones entre automóviles y carreteras en entornos rurales. La operadora ha equipado el recinto con la infraestructura y la tecnología necesarias para que los usuarios y los clientes puedan probar de forma controlada, segura y sostenible nuevos productos y servicios en el campo de la movilidad inteligente y la conectividad de vehículos. “Mobility Lab nos permite desarrollar y ensayar, conjuntamente con los actores del sector del automóvil, las tecnologías de conectividad que impulsarán el vehículo autónomo, y además conectado, que será clave para la movilidad del futuro tanto en entornos urbanos como interurbanos”, explica el director Global Comercial y de Innovación de Cellnex, Oscar Pallarols.
El circuito se ha convertido en un espacio de pruebas para el desarrollo de soluciones tecnológicas ITS asociadas al 5G (Intelligent Transport Systems), especialmente en el ámbito de las comunicaciones vehículo a vehículo (V2V), del vehículo con la infraestructura (V2I) y del vehículo con las personas (V2P), que posteriormente se podrán implantar en vehículos (future mobility), en pueblos y ciudades (smart cities) y en carreteras y autopistas (smart roads).
Cellnex ha dotado al circuito de conectividad de banda ancha desplegando una red inalámbrica con cobertura en todo el recinto, cámaras de alta definición para el seguimiento de los vehículos en pista y unidades embarcadas en los propios vehículos para la transmisión de datos de telemetría, vídeo y voz. Las instalaciones también cuentan con una red de IoT (Internet de las Cosas por sus siglas en inglés), que permite la gestión y el análisis de datos incluyendo el estado de la pista o los parámetros ambientales. Todo ello con el objetivo de probar soluciones vinculadas a la conectividad (IoT, 5G y sobre el vehículo autónomo), especialmente diseñados para entornos no urbanos o semi rurales.
En el desarrollo del proyecto, los ingenieros de Cellnex comprobaron que el despliegue de toda esta tecnología en zonas rurales requería de una solución energética ad hoc que, de forma paralela, puede abrir nuevas oportunidades de negocio y aportar su respuesta a uno de los problemas más acuciantes de la España rural que se vacía sin remisión, la comunicación.
“Una de los grandes temas que nos encontramos en el circuito fue el de la sostenibilidad energética, es algo necesario dentro del circuito y este reto ha sido finalmente una oportunidad porque hemos visto que las infraestructuras que será necesario desplegar en el futuro en el territorio necesitan de una energía limpia -o recurrir a la micro generación energética-, para poder hacer llegar esas comunicaciones donde haga falta”, explica Raül González Prats, Senior Product Manager y responsable del Mobility Lab de Cellnex.
“La necesidad, según se dice, es maestra de utilizar el ingenio”.
Esta frase de Miguel de Cervantes bien podría ilustrar el nacimiento del ZERS (Zero Emission Rural Sites), una suerte de balizas de energía que Cellnex construyó para el circuito cuando reparó en las dificultades de transportar la energía.
“Como suele suceder, esto surgió de la necesidad. Nosotros no pensábamos en rural, pensábamos que cuando íbamos a hacer el despliegue allí tendríamos electricidad y medios como en todos los sitios y nos dimos cuenta de que no era así. Cuando empezamos a hacer cálculo y costes, vimos que hacer llegar la electricidad a todos los sitios donde necesitábamos prestar servicios de comunicación nos hundía el proyecto, que es lo que siempre pasa cuando se intenta hacer un despliegue en una zona rural”, resume González Prats.
“En nuestro mindset como compañía siempre tenemos que dar unas disponibilidades de servicio muy elevadas y buscando una alternativa a esto nos dimos cuenta de que teníamos a mano una oportunidad de generar nuevas opciones para nuestro proyecto, en un ámbito que realmente nos interesa mucho porque en zonas rurales y en las carreteras es donde actualmente nos encontramos estas dificultades”.
Cellnex, necesita hacer llegar la energía a sus emplazamientos fuera de las ciudades y esto se produce a un coste muy elevado y, normalmente, apoyado en otras fuentes normalmente no tan limpias, como los generadores alimentados con combustible.
En España hay 180.000 km de carreteras, de los que alrededor de un 10 por ciento son vías de alta velocidad. “En teoría en esas vías tienen electricidad y ancho de banda, pero en la práctica, menos del 5 por ciento de ese 10 por ciento tienen acceso fácil a la energía, por lo que desplegar cualquier equipo que facilite esa conectividad vehículo-vehículo o vehículo-infraestructura necesita de soluciones distintas a las que hay ahora”, explica el responsable del Mobility Lab. “Actualmente la conectividad precisa de equipos muy cerca de la carretera aproximadamente cada 500 ó 900 metros. Si tenemos que tirar de acometida eléctrica a cada uno de los equipos sería imposible… si conseguimos fuentes de energía que nos hagan auto sostenibles… tenemos gran parte del problema resuelto”.
De esta manera, explica, además de dar servicio al circuito, Cellnex tiene la oportunidad de “aprender a ser mucho más eficiente en generación y consumo energético” y extrapolarlo a nuevas oportunidades de negocio o a desplegar redes en zonas rurales de manera mucho más sencilla. “Ya ha dejado de ser un proyecto del laboratorio, es un proyecto en el que vemos que los nuevos emplazamientos tienen que ser cada vez más sostenibles. Tenemos que tener más cuidado con qué tipo de energía utilizamos y cómo, para garantizar el servicio. Esto es muy fácil de decir, pero cuando pasas de la teoría a la práctica…”.
Las experiencias con las que han tenido que lidiar en el circuito están aportando valor al ZERS.
Desde las horas de sol, a la niebla, pasando por los caprichos del viento. “Hay una serie de condiciones del entorno que no puedes controlar a priori y eso que el circuito es en un espacio muy reducido. Cada uno de los báculos o nodos que hay se comporta de una manera completamente distinta. Hay uno, por ejemplo, que está en una zona que no empieza a tener radiación solar hasta las once de la mañana y hay otro que desde que sale el sol ya está generando. Algunos tienen ayuda eólica durante un rato y otros durante toda la tarde y la noche…”
Con la información de micro entorno que proporcionaba cada estación apoyada en datos externos y de meteorología, Cellnex ha podido gestionar los puntos energéticos de forma individual y sin intervención de operarios, hasta convertirlos en mini estaciones meteorológicas midiendo comportamiento con algoritmos de IA (Inteligencia Artificial) y Machine Learning y pudiendo hacer predicciones de generación de energía, consumo, etc. “De todo esto vamos aprendiendo y estamos consiguiendo que el tiempo de duración de las baterías, de los servicios desplegados, sean mejores. Esa inteligencia local, digámoslo así, nos ha dado resiliencia, robustez y optimización”.
Otra de las lecciones aprendidas en el “laboratorio” ha sido la de optimizar el envío de datos, cumpliendo con una de las obsesiones del 5G, la baja latencia. “Todo el vídeo se enviaba a un repositorio central, constantemente enviando tráfico de datos. Ahora cambiamos esa filosofía, analizamos el vídeo y los datos en local y solo enviamos cuando hay un evento o una petición expresa de ver qué está pasando para reducir el ancho de banda”.
Muchos sostienen que unas mejores infraestructuras y mejores tecnologías de la comunicación podrían hacer revivir el mundo rural y esa es otra de las oportunidades que parece abrir el proyecto. “Una tecnología como esta nos permitiría resolver dos problemas en las zonas sin cobertura móvil: la conectividad en la carretera y la de poblaciones que prácticamente están incomunicadas tecnológicamente. Cuando hemos analizado las zonas sin cobertura en carretera hemos visto que normalmente coincidían con municipios de menos de 20.000 habitantes”.
Sin duda podría ser una oportunidad para la España rural que reclama medidas para impulsar la actividad en el territorio y evitar quedar “desconectada”.
Carlos Ruano
Fundador de Newsbub