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JUN
30
2022
Gobernanza
Una plataforma digital para fomentar la participación ciudadana
¿Lo hablamos en la plaza?
La voz de origen griego Ágora hace referencia a las plazas públicas en la antigua Grecia y a la participación de sus ciudadanos en la gestión de los asuntos públicos. Y tiene mucho de definitorio en el origen de eAgora, una especie de espacio digital de reunión y consenso para conectar a los gobernantes y ciudadanos de los municipios y generar una cultura participativa que permita encarar en sociedad los retos de la economía sostenible con la que todos soñamos.
“Somos una plataforma global que busca facilitar una nueva cultura democrática, basada en la gobernanza participativa” explica en la entrevista Martín Garrido, CEO y cofundador. “Venimos de un paradigma de votar cada cuatro años y en el que esperamos que sean los gestores públicos quienes resuelvan nuestros problemas. Pero hemos visto que nos enfrentamos a retos, y no solamente hablamos del cambio climático, que necesitan la implicación de cada uno de nosotros no solo en actitudes personales sino también en comportamientos colectivos que requieren de una acción común”.
De esta reflexión nace la idea de esta startup, una de las tres seleccionadas por la Fundación Cellnex en su proyecto Bridge para acelerar proyectos digitales de alto impacto social.
“Queríamos generar esa idea del Ágora ateniense y buscar la interacción entre ciudadanos y gobernantes en cuestiones de impacto para poder desarrollar en conjunto una Agenda 2030 que no tiene visibilidad sin la participación de gobiernos, personas, comercios o asociaciones”.
Conscientes del carácter colectivo de la Agenda y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, los cuatro fundadores constataron tres elementos básicos determinantes para su idea: la desafección ciudadana, la dispersión y/o escasez de digitalización de las administraciones públicas y la falta de desarrollo y conexión del individuo en las deseadas smart cities para hacer de las urbes espacios más sostenibles y conectados.
“A partir de estas tres problemáticas surge la idea de crear una superapp que se pueda convertir en la primera solución ‘all-in-one’ modular del mercado para llegar al ciudadano”.
“El ayuntamiento de Barcelona tiene 23 apps disponibles. Ya es difícil conseguir que el ciudadano se descargue una aplicación, imagínate más de 20. Nosotros pretendemos acelerar la comunicación y la participación a través de un canal sencillo y de impacto que permita además nuclear un ecosistema para conectar entidades, gobiernos, comercios y ciudadanos con el objetivo de facilitar cambios vitales”, señala Martín.
Inicialmente el proyecto está compuesto por una solución dual que incluye una aplicación móvil para la comunidad y un cuadro de mando vía web para los ayuntamientos segmentado por módulos y temáticas y con la posibilidad de añadir funcionalidades.
Actualmente 38 ayuntamientos disponen de la aplicación pero tiene en cartera otros 390 municipios en los que espera integrar un servicio que va mucho más allá de reportar incidencias municipales o servir de tablón de anuncios y que ya se ha plasmado en una votación de presupuestos participativos en la localidad catalana de Altafulla o en la recolección de desafíos para mejoras locales entre alumnos de la ESO en Baleares. La aplicación ya promueve otras interacciones básicas que a veces se complican por la burocracia, como el pago o reserva de entradas para espectáculos o algo tan cotidiano como un bono para la piscina municipal.
A través de la aplicación, los ayuntamientos pueden abrir propuestas colaborativas, pero los propios ciudadanos también comparten iniciativas que van desde la limpieza de las playas a la organización de equipos de ayuda para ancianos o la recogida de libros.
“Queremos favorecer un cambio que ya está ocurriendo. Muchas personas y entidades están trabajando para la comunidad en sitios distintos y en diferentes áreas, pero hay un problema de conexión. Nosotros queremos ser un altavoz y un facilitador”.
De hecho, en los próximos días el grupo va a abrir su prueba de concepto para compartir sus experiencias con 8.000 ayuntamientos.
“Cuantos más piensen en soluciones, mejores serán y permitirán una mayor escalabilidad”, explica Martín para añadir que ya trabajan en una versión web de la plataforma y en otros formatos de interacción sin necesidad de móvil.
Pero su ambición va mucho más allá de los formatos. “Nos gustaría automatizar muchos más procesos. Nuestro objetivo último es que, cuando tú pienses en cualquier interacción pública, desde descargar un certificado, pagar un impuesto o votar, puedas hacerlo en un solo sitio. De aquí a tres o cuatro años esperamos que eAgora esté integrado en nuestro coche y podamos simplemente decirle: ‘resérvame una cita con el médico’ o ‘dónde tengo sitio para aparcar cerca del campo de fútbol’”.
La iniciativa quiere ofrecer también a la ciudadanía “la última milla” de las smart cities. “Las administraciones publican datos de contaminación, de riesgos atmosféricos, etc, pero los ciudadanos no vamos a buscarlos. Tenemos vidas muy complicadas para consultar los datos y nosotros queremos anticiparnos. Si alguien se aproxima a una zona inundable, por ejemplo, que la tecnología lo derive automáticamente por otro camino”.
La Fundación Cellnex tiene mucho que ver en esta ambición. “Bridge ha supuesto un gran impulso, con una ayuda personalizada inaudita en este tipo de programas. Los mentores nos han dado una visión de impacto completa, mucho más allá de la rentabilidad y de los modelos de negocio. En estos meses hemos vivido una verdadera aceleración”.
“En cinco o diez años nos vemos en tres o cuatro continentes, ofreciendo soluciones all in one a la mayor cantidad de población posible y con el desafío de ser útiles tanto en Suecia, con un nivel muy alto de retos ambientales resueltos, como en Burkina Faso, donde nos centraremos en los ODS 1 y 2”, concluye.