Trends
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MAY
29
2023
Global
Ante todo un emprendedor: vio la oportunidad y la ejecutó
Estrenó el siglo a los mandos de la división de telecomunicaciones de Abertis (Acesa Telecom/ Abertis Telecom), en la que quiso emular el concepto de “autopistas” aplicado a las infraestructuras por las que circulan las señales de telecomunicaciones, inicialmente en el negocio de la difusión de radio y televisión.
Inquieto por naturaleza y reconocido por quienes han compartido proyectos con él como una persona capaz de anticipar tendencias, desde 2011, Tobías Martínez (Barcelona, 1959) empieza a darle vueltas al modelo, entonces prácticamente inexistente en Europa, de “operador neutro de telecomunicaciones”.
Consciente de que el negocio del broadcast tenía opciones más limitadas en cuanto a crecimiento, Tobias Martinez fijó su mirada en Estados Unidos, donde grandes operadores llevaban años gestionando las torres de telecomunicaciones en un modelo de negocio intensivo en capital y con un gran recorrido de crecimiento futuro.
Una mañana de agosto de 2014 se citó con el entonces CEO de Abertis, Francisco Reynés, ambos de vacaciones en una localidad del Bajo Ampurdán gerundense, para plantearle lo que iba a ser la emancipación del negocio de telecomunicaciones de Abertis. En aquel desayuno que alcanzó hasta prácticamente la comida, Tobias Martinez que siempre prepara muy bien sus argumentarios, convenció contra todo pronóstico a Francisco Reynés para llevar a cabo un spin off que acabó convirtiendo la salida a bolsa de Cellnex en uno de los proyectos más exitosos de la última década.
“Había racionalidad detrás de esta visión, el proyecto de operador independiente requería un nivel de endeudamiento y esfuerzo inversor que no cabía dentro de Abertis. Lo más importante es que la ventana de oportunidad podía ser corta. Era cuestión de tiempo que alguien trasladase ese modelo a Europa y Tobías lo tenía claro. Pero, honestamente, muchos pensábamos que era imposible que Abertis aceptase la salida a Bolsa”, explica una de las personas más cercanas al directivo. “Tobías escucha atentamente pero, al mismo tiempo, tiene muy claro el modelo y es consciente de su responsabilidad al frente de la nave”.
En la salida a bolsa, los inversores valoraron Cellnex en 3.244 millones de euros, mientras el valor de mercado de Abertis rondaba los 15.000 millones de euros. La racionalidad de aquella emancipación se explica hoy de manera simple: Abertis salió de Bolsa en mayo de 2018 tras una OPA que la valoró en 18.181 millones de euros. En 2021 Cellnex marcó un máximo histórico de 38.300 millones de euros codeándose desde entonces con los gigantes del Ibex. Hoy capitaliza más de 26.000 millones de euros, entre las diez empresas con mayor capitalización de España.
El tesón, la visión de negocio y la capacidad de convicción y comunicación de Tobías son las características definitorias más repetidas entre sus allegados y compañeros en este trayecto en el que la impronta emprendedora del ejecutivo acabó por contagiarse entre los empleados del grupo, hoy líder de infraestructuras de comunicaciones en Europa con más de 100.000 emplazamientos en una docena de países.
Esta habilidad pasó una segunda prueba de fuego en las rondas de reuniones con inversores institucionales a los que convenció en aquel mayo de 2015 de que acompañasen el nacimiento bursátil de un negocio que acababa de cerrar su primera operación transformacional con la compra de 7.000 torres de telecomunicaciones en Italia.
“En aquél entonces no era tan fácil detectar la oportunidad de negocio a largo plazo, pero Tobías transmitió tal convencimiento y pasión en el proyecto que de algún modo sedujo a los inversores”, explica un ejecutivo que participó en los roadshows iniciales.
Entregado en cuerpo y alma al proyecto, su especialización en telecomunicaciones y rol industrial se completó en ocasiones con tareas más propias de un avezado banquero de inversión o de un experto abogado mercantil.
No en vano, la empresa ha financiado en los mercados de capitales inversiones de 38.000 millones de euros para hacer realidad un proyecto que requirió 4 históricas ampliaciones de capital en 20 meses con las que captó 14.700 millones de euros y todas ellas cubiertas con exceso de demanda pese a un modelo que no conquistaba al inversor con dividendos.
“El caso de Cellnex se estudiará en las escuelas de negocio” explica un ingeniero de la firma para añadir que Martínez hizo valer su carácter emprendedor (fundó una empresa de software y telecomunicaciones con solo 20 años) y contagió esa ilusión de quienes emprenden un proyecto propio a un equipo que no ha parado de crecer integrando múltiples compras en el camino.
“Una de sus características más notables es su capacidad de integrar equipos y una transmisión de ilusión y sentido de pertenencia a los empleados poco habitual. Cuando empecé en este proyecto me sentí emprendedor, era como formar parte de una startup con visión industrial”, narra otro directivo que se sumó al proyecto en la salida a bolsa.
Su pasión por los nuevos proyectos y tecnologías –que tanto tienen que ver en el éxito de Cellnex– se ve reflejada cuando se codea con jóvenes emprendedores a los que Cellnex apoya en sus proyectos en el ámbito de la digitalización y con los que parece compartir ese lenguaje que solo hablan los que consiguen sus metas porque simplemente no sabían que era imposible lograrlo.
Consolidadas las compras de grandes paquetes de torres en Europa y con crecientes costes de financiación derivados de la también creciente inflación, la compañía anuncia una nueva etapa –en noviembre de 2022– que vendrá marcada por el crecimiento orgánico del negocio de la mano de unos clientes con los que ha establecido una relación de partenariado a largo plazo. Una etapa en la que el objetivo de “grado de inversión” de la compañía para acceder en mejores condiciones al mercado de deuda, será el vector dominante y sobre el cual se construirá un nuevo ciclo de crecimiento en los próximos años.
Pocas semanas después, a principios de 2023, Tobías anunció su decisión de ceder el testigo y de facilitar un nuevo liderazgo del grupo que pueda ejecutar los objetivos de este nueva etapa con el horizonte temporal y la energía personal que el reto demanda. Nadie duda de que le lloverán propuestas para participar en consejos de administración o funciones de asesoría de alto nivel, pero los que le conocen bien dicen que su núcleo familiar y él –que han acompañado en silencio esa dedicación plena– merecen un respiro. Marco Patuano pilotará a partir de junio ese barco transoceánico que un día fue un modesto velero.